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¿Cuál es el origen de la Marcha?

 El movimiento de mujeres de Quebec convocó en 1995 la marcha del Pan y la Rosa, donde durante diez días participaron 15.000 personas. Sin embargo no sólo obtuvieron el respaldo de la gente de Québec, ya que la marcha tuvo una gran repercusión a nivel internacional. En consecuencia, en el año 2000 se decidió hacer extensivo el llamamiento, y hacer una marcha por todo el mundo, para reivindicar la democracia, la esperanza, la igualdad y la paz. 

¿Por qué se organizó?

Porque las mujeres eran las mayores víctimas de las salvajes políticas neoliberales, y las mujeres eran en muchos territorios quienes estaban llevando a cabo las resistencias y luchas por los derechos fundamentales. Además, la violencia contra las mujeres iba en aumento y había que dar respuesta a todas esas realidades. 

¿Qué reivindicaba?

La Marcha tomó los dos temas que unían a feministas de todo el mundo: la pobreza y la violencia sexista. Pero no se quedaron ahí, y entre otras cosas, reivindicaron la necesidad de desarrollar un plan completo e integral de formación y educación, para activar la conciencia feminista. También se estableció un objetivo táctico: crear una red feminista a nivel mundial, para incidir de manera tanto global como local. 

¿Cuándo y dónde empezó la Marcha Mundial de las Mujeres?

Comenzó el 8 de marzo del 2000 en Québec y Génova, y terminó en Nueva York. Esto también tuvo su influencia en Euskal Herria, y al rededor de 44 grupos conformaron una plataforma muy diversa. Del 17 de junio al 7 de octubre se hicieron en Euskal Herria infinidad de actividades: teatros, días de escritoras, mobilizaciones… La acción acabó en Donostia con una manifestación nacional. Al mismo tiempo, se presentaron mociones en varios ayuntamientos para conseguir adhesiones, y se organizó una marcha a Bruselas, para apoyar la movilización europea.  

Vista la incidencia lograda y el apyo recibido, se decidión organizar una acción mundial cada cinco años. 

¿Qué ámbitos de acción se trabajaron?

Se movilizaron mujeres de muchos territorios para apoyar las propuestas y peticiones recogidas en los siguientes cuatro ámbitos de acción: 

  1. El bienestar global y la soberanía alimentaria 
  2. La paz y la desmilitarización 
  3. El trabaja visible e invisible de las mujeres 
  4. La violencia contra las mujeres, como instrumento para el control de sus cuerpos, vidas y sexualidades 

Después de un largo proceso de debate, acordaron en diciembre de 2004 «La Carta de las Mujeres para la Humanidad»  en Kongo. Ese mismo año, la Marcha comenzó en Nueva York, y durante mese la Carta fue pasando de territorio en territorio como un testigo. 

¿Y en Euskal Herria?

Para apoyar la segunda Acción Internacional, en 2003, en Euskal Herria nos pusimos un objetivo tan concreto como ambicioso: tomando como base la Carta Mundial, hacer un proceso de pueblo en pueblo, y crear la «Carta de los Derechos de las Mujeres de Euskal Herria».

La Marcha tuvo un gran éxito en Euskal Herria. Durante cinco días (del 24 al 28 de mayo), un autobús morado repleto de reivindicaciones feministas fue atravesando los pueblos y ciudades para denunciar las vulneraciones de derechos fundamentales de las mujeres. 

En 2007 aprobamos nuestra Carta y comenzamos a difundirla por todas partes. En 2010 se volvió a organizar la Marcha, pero de manera más modesta esta vez, y tomando como referencia la «Carta de los Derechos de las Mujeres de Euskal Herria». Hay que decir que la movilización y la cantidad de adhesiones disminuyó, pero la plataforma se comprometió a seguir trabajando, como lo ha seguido haciendo hasta el día de hoy. 

En los últimos años hemos participado en diversos procesos, empezando desde las reivindicaciones más grandes a nivel internacional. En cuanto a la violencia sexista, por ejemplo, acordamos a nivel de Euskal Herria un protocolo de acción de 24 horas, para dar una respuesta unitaria y de paso, trabajar el tema de pueblo en pueblo.  

Asimismo, hemos hecho varias acciones en torno al eje de precariedad y pobreza. Es de subrayar en este sentido, la reivindicación de una huelga de cuidados para hacer nuestras propias reivindicaciones en la última huelga general.